LIBRO USADO COMO NUEVO EDITORIAL AGUILAR 195 PAGINAS.
Hace apenas un siglo viajar significaba riesgos,
fatigantes jornadas de espera y padecimientos que únicamente se atrevían a
emprender los guerreros y los expedicionarios. De hecho, Ulises no estuvo ocho
años fuera de Ítaca por mero placer, ni los españoles decidieron aventurarse
por estas tierras tras un exótico resort
caribeño. Fue hasta el siglo XX cuando aparecieron los tours, los cruceros y los planes «conozca veintiocho ciudades en
quince días», para instaurarse como una costumbre típicamente burguesa.
Esta compilación de crónicas viajeras de Alfredo
Iriarte, avanza a caballo entre ambas épocas, desde cuando los viajes
significaban travesías eminentemente dantescas ─tres días de mosquitos de
Bogotá a Honda y dos meses de mareo de Barranquilla a Europa─, hasta aquellas
excursiones de placer signadas por anécdotas graciosas y casos inverosímiles,
como la pareja de cachacos que, muy decepcionada, amenazó con demandar a su
agencia porque el Entierro del Conde de
Orgaz no era un funeral de a de veras sino una «pintura bobísima de unos
curas y unos señores de negro enterrando a un muerto vestido con armadura».
Alfredo Iriarte con sus consabidas habilidades
históricas y literarias, su sentido del humor y sus comentarios ácidos e
inteligentes, dejó estas crónicas brillantes, acompañadas por las ingeniosas
caricaturas de Guerreros, que le harán reír a carcajadas.